puchero

la gente se va al norte
está de moda
está barato

y hay esas fotos con todo blanco
en las salinas
(¿son salinas?)

no sé,
me dan miedo esas fotos
pienso que
está caliente el piso
me imagino eso
no me dan ganas de ir

no enteindo en las fotos
si hace frío
o hace calor
vuelven bronceados
pero tienen sombreros coyas

hay cosas
que no las sé
y tampoco me interesan

toda tuya

no te quiero decir más nada ni bueno ni malo quiero vivir este mínimo momento del ya
más rico que mujer ajena dijiste
si tan sólo supieras
si tan sólo

hagamos trampa me tentaste hagamos trampa hagamos la
qué linda que te queda la tanga dijiste
qué linda mirá lo dura que la tengo
esas palabras
no.

no me estimulan

con tu cara de nene tu risa tus pestañas
manos inquietas y dispuestas
(a todo eso
a todo eso que no es de ninguna manera
así
por primera vez
no es así
es como está siendo
al fin)

es suficiente

secreto

no tengas miedo:
ella tampoco sabe si es lo que dice que es o no.

fui

un refugio
de abandonadas
de ex combatientes
de adictos

cómplice
hermana
compañera de viaje
amiga
madre




el momento de paz
el cariño
la comprensión



la trampa
la excusa
el capricho



estoy cansada.

también

y yo te pasaba a buscar a vos
(en mi autito
bajo la lluvia torrencial
divina
con lencería nueva
perfumada
escuchando Aspen)
para pasar la noche juntos

y vos entrabas al auto
y me decías
que te calentaba
que yo fuera tan independiente



y yo pensaba que eso
era ser mujer.
ya entendí que la casita me la tengo que hacer yo sola

claro

Entre los sinfines falsos de nuestras miradas, cuando empezas a pensar en otras cosas, y yo en él; ahí cuando nos desconcentramos, nos desencontramos, nos deja de importar todo, y todo deja de tener sentido, en ese margen maldito está el miedo a que todo esto sea real.

Así que te entiendo.

rojo

te conocí y pensé que me mostrabas un nuevo mundo

como primera cita un recital

que nada tenía que ver con nada

el frío, un abrazo, un porrito

todo era demasiado hermoso

las estrellas, esa noche

tanto cariño, miradas de búsqueda, de intento de encuentro

todo tan cauto, tan premeditado, tan respetuoso

podía suceder
te decís ambiguo

y es mentira.
despacio, despacito, te saco el buzo, y la remera.
me pediste masajes, yo te doy mimos, caricias, un poco fuertes, pero no, no llegan a ser masajes, soy desprolija y asimétrica.
a vos te duele y me pedís más fuerte, me indicás dónde es que tenés nudos, adonde querés que te toque.
me acerco con la cara y hago presión allí.
con mi boca te doy besitos suaves, te recorro, mientras con los dedos hago presión firme y constante.

y es horrible.

tengo miedo de que presientas que estoy pensando en él.
en su espalda, en su olor.

sigo,
y tengo miedo de que se me escape una lágrima.
¿cómo hacer?

sigo.

sé que pronto lo voy a olvidar.
Una cenicienta carente
evidente
con pocos dedos de frente
esperando paciente
a ese príncipe celeste
que la retire, valiente,
de su tortuosa fuente.

de ese balde con ranas
en donde esconde
todos sus miedos y ganas.
que la tienta
a quedarse quieta

la cenicienta haraposa, mugrienta
de vez en vez violenta
se despeina y peina
suspira contenta,
se acomoda a tientas
en la reposera
calla y desespera.

recuerda su suerte
lamenta, se encierra
ese espiral a cuestas
esa mochila negra
eso que ella intenta
que ya no se le vea

Ese balde con ranas
en donde esconde
todos sus miedos y ganas
la tienta
a quedarse quieta

La cenicienta
que ahora puede ser princesa
detecta
Será como estár muerta
la siesta, o peor
sino se mueve al son
de esa música discreta
y se entrega.

Ese balde con ranas
en donde se esconde
todos sus miedos y ganas
la tienta
a quedarse quieta

Aireoso y triunfante
el príncipe la toma
el deseo se genera al instante
le evidente
cenicienta carente
acepta su suerte
y el príncipe celeste
se la lleva a su cueva

Ella se llena de deseos ajenos, de juegos,
olvida el balde verde
y se enciende.

Al poco tiempo siente
que los juegos y las guerras
la aburren y la sedan
ella quiere otro nectar
desea
bailar con esas ranas
esas ranas irresueltas
con las que a veces sueña.

Al príncipe lo deja
gatea por la selva, pasea
interactúa seria
duda y se revuelca.
Las ranas pegotean
pero son todas de ella
y ya no la condenan

La princesa contenta
danza con ranas verdes
sus ganas realizadas
sus miedos ya concientes
que antes la arrastraban y la condenaban
ya no pesan nada.

de razón y dirección

lo que me pasa
es que


siento al peligro cerca
tan cerca

me siento al borde del vacío

y cosas muy estúpidas me conforman
no,
no me conforman
me
tapan
el resto
por un segundo, nada más


no te creas
todo resulta menos fácil cada vez

cuanto más me acerco a mí


¿tiene sentido?

white trash

con dos días de delay me agarra
esta culpa
la culpa
de desearte tanto

sabiendo que sos el veneno

que sos puro veneno

ve ne no

ve
ne
no


blanco
veneno.

Era verano

a mí la playa no,
no me convence
no soy de playa yo

el primer verano
con la tía Mary, mi mamá y Barby,
teníamos doce y muchos piojos,


otro verano
sufrí en Pinamar,
mis primeras vacaciones autofinanciadas,
éramos trece en un dos ambientes
me la pasé limpiando arena
mis primeras vacaciones:
barrer arena ajena

y después,
el último verano en la playa
vos bronceado con tus ojos grises
casi verdes
casi marrones

vos y el reflejo del sol en tu piel perfecta
ese olor a sal,
a novedad

Marino
se llamaba el hotel
tiramos el colchón en el piso
para no hacer tanto ruido
todo era aventura con vos
todo

y vos pensabas que era yo.


vos eras del mar,
sos del mar

esterillas, frutas y Hank,
cada comentario justo
cada mirada,
cada apasionante plan,


y la nada
y cómo se borraba con cada ola
que se acercaba más y más
si estabas ahí
tenía sentido
con vos empezaba a tener sentido todo

eras el verano
el verano vas a ser siempre.
se termina

en serio

se terminó.
Yo te pido que prestes un poquito más de atención, nada más.
Dormís y te miro.
Entra aire con olor a sal, a mar, a novedad. Brisa que desacomoda la cortina de soles y lunas que entrelazamos con la ventana para no cerrarla y que tampoco haga ruido.
La luz dorada que nos circunda ilumina tu piel tostada, los movimientos de tus rizos que dan marco a tu cara, y tu nariz que tiene pequeños pliegues de piel que pide despegarse.
Me gusta tu boca, tu ombligo, y la facilidad que tenés para moverte con gracia, incluso dormido.
sos tantas cosas
te estás muriendo
de a poco
te vas
de los lugares
dónde
todavía hay algo

se va muriendo
el desamor
laausencia
quedo sola
desarraigada
despojada
desesperada
sedienta
y vacía

sin tus vertientes
tus latidos
tus tiempos


tu olor
me falta


en los recovecos de mi almohada
escarbo
te busco
me aferro
y
lloro
porque
ya
no
estás.

taller 2

I.

Me gusta ver cómo se aleja del humo. Deja su boca entreabierta, lo larga despacio, muy despacio.

Se aleja, toma un trago más de whiscola y vuelve.

Con la boca húmeda y fría baja por mi cuello mientras yo fumo, y mi abdomen se contrae cuando siente sus labios helados. Toda esa humedad tiembla con la corriente tibia que entra por la ventana de su cuarto.

Después de los espasmos me quedo dormida.

Al rato me despabilo con la música demasiado alta.

Me encuentro atada. Las muñecas unidas arriba de mi cabeza y a la cabecera de la cama con una soguita dañina. Hay otra soga por arriba y por abajo de los turgentes pechos que ahora apuntan desesperadamente hacia el techo. No parecen los míos, pero lo son.

Estoy inmovilizada. Debo quedarme quieta. Cualquier movimiento generará más daño en los lugares adonde ajustan las cuerdas, ya lo sé.

Y me mira. Y se acerca. Y yo no puedo ni hablar porque la boca también la tengo vendada.

II.

Quedo sola en esta inmensa y silenciosa casa.

Algún perro vecino ladra y a lo lejos se escucha el tren. Está anocheciendo.

Me miro en el espejo, resaltan mi jogging rosa de plush y mi remera blanca con estampa de haditas. No sé a que quiero jugar esta vez. Lo veo llegar, pero no vino sólo: está con Mariano. No entiendo para qué vino.

Nos sentamos los tres en la mesa y tomamos un vino de mi papá. Ellos trajeron para fumar así que también fumamos un poco. Tengo ganas de darle un beso, pero está Mariano y me dan vergüenza mis ganas y mi pijama, y ahora también me acuerdo de que me duele el cuello. Él se para a revisar la heladera porque le dio hambre y quedamos con Mariano cada uno sentado en una silla distinta de la mesa redonda del comedor.

Mariano se ríe. Yo me río también, aunque no sé de qué. Entonces Él vuelve y se me acerca desde atrás, trae un vaso con hielos. ¿Adonde le duele, Princesa?, me pregunta.

Me hace masajes en los hombros, después se pone un hielo en la boca y me lo pasa por el cuello. Respiro entrecortado hasta que me acuerdo que –claro- Mariano nos mira.

Nos mira y el hielo pasea por mi cuello y mi nuca y yo no sé qué hace pero se está levantando de la silla. Pareciera que se va. Pero no. Lo veo arrodillarse frente a mí y siento que me desliza el jogging rosa hacia abajo. Lo miro a Él y está de acuerdo con todo, y yo no me quejo.

III.

Ahora puedo ir su casa incluso cuando está la novia porque ahora me burlan con Mariano.

Él tiene novia, claro: Cynthia. Cynthia tiene cuerpo de nena, me da un poco de impresión. 29 años pero tetitas, piernitas flaquísimas y largas y rulos negros gigantes tipo caricatura.

Esa noche me quedé dormida en su cama mientras los demás colgaron en el living. Cuando me despabilé me encontré con un cuadro muy alterado. A frenética velocidad rebotaban los rulos de Cynthia por toda la habitación, y estaban los demás, como desesperados, como si se estuviera incendiando la casa.

Mi némesis se acerca con la tapa de un cd en la mano, sonríe diabólica y me dice:

-¿Querés? Mirá, ponete en la encía, es como xilocaína.

Yo no me muevo. Cynthia pasa su dedo por la tapa del cd, me mete ese dedo blanco entre los labios, me abre la boca muy lentamente y lo desliza entre los dientes, la encía y el labio superior.

Tengo su dedo en mis labios, sus ojos esperando la reacción de los míos y el efecto inmediato de la droga. Digo que no con la cabeza. Digo que no, muevo la cabeza que no, que no, que no. A qué le digo que no, no sé. No sé si al efecto en mi encía, a la expresión en su cara o a su dedo en mi boca.

Asustada, y con la boca adormecida empiezo a juntar mis cosas. Cynthia se para a cinco centímetros de mi cara. Sonríe traviesa y me amenaza:

-¿Ya te vas?

Cross Country

Es la recta final, dentro de esa cuadra horrorosa que me encerró durante años.
Es la recta final, sigo y están ellos allá en el fin.

Estoy última, me tomo mi tiempo, mis gemelos no responden ya, pero no abandono sigo y sigo corriendo. Sólo aplauden a los primeros y a los últimos, y esto yo lo sé, así que aplausos no faltarán.

Acá estoy, quiero correr más rápido, y también quiero que me esperen, aunque ya me vean llegar. Lo veo a Gonzota, él siempre me anima a que siga, y me grita que ya voy a llegar, que no me apure, que ellos no se van. (No entiendo como cada año se enferma el día de la carrera. )

El viento me despeina, está helado, pero las gotas de sudor que se deslizan desde mi nuca a mi cintura, por adentro de la chomba, hierven.
Las medias se soltaron y cayeron de la rodilla al tobillo y ahora - después de 1800mts- me pesan demasiado, son una molestia.

Estoy muy cerca ya, a menos de 3 metros de la llegada y siento que me elevo, me elevo, me elevo.

Mi cuerpo avanza aún y acelera y lentamente se acomoda de manera más paralela a la tierra, me recuesto en el aire, y floto alrededor de todos ellos que me ven subir y subir y subir, y mirarlos.

Planeo alrededor de la pista, y ya no soy parte de la carrera, pero ellos me ven irme, escapar, así, hacia arriba.

El sueño termina antes de que yo descubra si he podido salir del perímetro de la cuadra o no.

Por ahora es la misma realidad, pero vista desde otro ángulo.
.estás
........allí
.............adonde
..........................yo
..............................no llego



si sólo somos recuerdos y promesas
y el hoy no puede ser,
no sirve.

la asfixia

yo, dieciocho
visitante
puerta cerrada
sus padres, abajo
tiene catorce años
con sus ojos negros
me pide que le de un beso
en la boca
mastica chicle haciendo ruido

sonrío pero no me acerco
no termino de descifrar
qué quiere de mí
-dale, dame un beso
repite
el humo de cigarrillo
se confunde
con las palabras de Morrisey
en sus labios

hay algo gris
ella dice que fue
el manicomio
el loquero
el que la dejó así
que
está ansiosa
mastica, fuma, exige
que
le toca a ella
que la miren,
que la escuchen,
y hay historias de porros
y mujeres ahí
que la tocan
y ella
-en desesperación-
tocando.

se acerca
le temo
no quiero saber qué pasa
si no se lo doy

nunca el aire pesó tanto
mis dudas hacen agua al evocarte
tus ojos
eran la respuesta
sólo tus ojos

ilusa
confiada
yo tenía las tuyas
en mi arrolladora electricidad
en mi risa

me deleito al evocarte
nunca fuiste suave
nunca

a mi siempre me gustó
la exigencia


en tu sinuoso idioma no verbal
me pedías siempre más

a pesar de todo

confiamos lo más íntimo

la inocencia
la primera
la única



un día
te llenaste de sombras
y a mí
me superó
tu universo.

eso

en mi mente uno todos los cabos sueltos
y hay algo íntegro
ordenado
y bello

y esta humana necesidad disfrazarlo de mierda
y lágrimas

agujas

decidí igual
cruzar tu sendero

me habían dicho que allí
dormían
dolorosos y punzantes

cienpieces
que a la mínima molestia
atacaban



y yo
fui igual


a las palabras
no les tengo miedo

II.

me gusta / que seas tan limpio /y que no tengas / olor / a nada.

pero más me gusta / tenerte / todo perfumado de amor / y sudor / y resplandor agridulce /de las sombras / que te invaden / luego del acto.

tus sonrisas luchan con tu sueño, / y tu deseo -ya apagado- / inunda la habitación / con colores tenues

y me miras. / ya no tan seguro de si soy / tuya / ahora que no estás / adentro mío.

y yo sé que podría dejarte /con la duda / si lo deseo.

Pero es imperativo / que me acerque / te bese / y / te sonría.


09.03.08

dinámicas


Él cree en la
Energía del universo
y yo
creo en
Dios.

Por eso no estamos de acuerdo muchas veces.
Él cree que todo se transforma.
Y las pérdidas no son pérdidas.
Y las penas pueden ser alegrías.

Mi mente es más estrecha
Más asustadiza
Y pone etiquetas.
Y teme
Y sufre
Y llora

"Separá las cosas" dice mi madre
"No puede ser que el miedo te inmovilice"

Él me mira llorar. Y me sonríe, y me entiende.
Y me escucha.
Tanto me escucha.
Y me quiere
Tanto me quiere.

Que sólo espero
no estar
repitiendo
otro fracaso.

acuso de recibo

XXVIII.
Ella decía que yo quería ser una puta toda mi vida.
Él decía que me esforzaba demasiado.

Mamá decía que me inventaba los problemas.
Papá preguntaba si alguien se había sacado más nota que yo.

Yo, silencio.

cu ca ra cha

creo que lo entendí el día que te vi fumar:

dabas pitadas profundas, muy profundas

pero al momento de apagarlo siempre seguía saliendo humo en el cenicero

(apagandolo no eras tan intenso como al hacerlo arder.)

megamix

cada vez que cierro los ojos
hay un mirador
y estás vos
callado, observando ese más allá
que te angustia tanto
ese más allá que queres asir
constantemente
ideando nuevos trucos
para mentirte
y ahí está
el más allá que te mira y lo mirás
y siento con qué fuerza
negás
tus instintos de héroe
tu sed
y preferís decir
que no te importa
y que por eso
no te esforzás.





de esos misterios
irrelevantes para la mente
se nutre mi ser:
saber si alguna vez llegarías
a ser blanda
conmigo,
con vos, sobretodo
si alguna vez
no decías No
y te dejabas
tocar
un poquito
si te animabas a jugar
conmigo
o al menos con vos
despeinarte
bailar
saltar
pero no:
sos hija única
y todos los juguetes
son tuyos




vos, en cambio,
no tenías nada:
mudanzas,
amigos,
historias,
eras de verdad
uno de esos hombres.
creyendo que era mi turno,
yo jugué y aposté todo
por cambiarte el perfume
por ahogarme con tu voz
y duró.
hubiese sido
para siempre
si yo fuera
una de esas mujeres.





cómodas
jugando
seduciendo
tocando
preguntándonos
si el príncipe es la excusa
si la excusa es el príncipe
si en realidad
queremos hacerlo
por nosotras
de una vez
o no.





La nena
viene a visitarme una vez por semana.
La nena fuma, yo no la critico.
hablamos, tomamos mate.
Mucho hablamos.
gesticula,
mucho también.

La nena se va de mi casa
-no me gusta cuando se va-
y se lleva la ilusión de que yo le enseño cosas:
pero es ella la que aprende: yo la quiero.

La nena no sabe que yo no tengo otra amiga así.





a veces
soy una más
de las tantas que desean
entenderte
fuiste Zeus
fuiste también
u n a c u c a r a c h a

me embaucás
y
pienso que soy quizá
un experimento tuyo
después
siento
y sé
que vos y yo
siempre
estuvimos
jugando.






"Todo ha cambiado mucho", me dice.
Le queda lindo un año más.

El mundo le da menos miedo
sonríe,
camina más erguido,
lo que opinaba ahora lo sabe.

Lo miro contenta,
es hermoso
es fuerte
y descubrió que el tiempo es real.

falaz

no la conozco

la busqué por sus sombras afinadas por el sol
-que le da de lleno, oblicuo-

ella no lo nota
ella no lo ve

torneado
tornasolado
su escote
y la luz


ya es otro el horizonte
otros los personajes

ni siquiera en esa cueva
donde se guardaba
donde la escondía


ella ya no está, he dicho.


ausente.








hace rato
que no está
que no es




la que
solía
tan esencial
merodear

la que
sólo daba sombra
se sentía plena
falaz
inmutable y constante

ya no está
ya no es





queda sólo una letra

la i.
la y.


letra que une y que separa


signos que se definen por oposición,
letras.





siempre imprecisas,

siempre.






















PD:
-Ella supo desaparecer sin abandonar,- alguien dijo por ahí.
-Tiempo,- respondí -tiempo es perdón.






***

argumento

El culo es para cagar
No es la primera vez que te lo digo, de hecho lo sabías bien. Te lo dije mil veces pero vos no parabas de insistir con el tema.
No. No es porque no confíe en vos, no es porque no quiera probar. Es simplemente porque no me gusta, y porque no quiero. No sé qué otra –carajo- de explicación te tengo que dar. No. Punto.
Y ya te dije que no.
Por qué no te alcanza el NO.
No. No. No.
Y ya.

CUÁNTOS ABRAZOS TE DEBO
Si fueras un nene haríamos de cuenta que yo soy una nena y juraríamos (jugaríamos) juntos en la lluvia, nuestras mamás serían cariñosas y nos esperarían con una toalla gigante y quizás hasta calentita al borde del parque, abajo del techito.
Pero vos y yo nunca fuimos niños o nunca tuvimos una toalla caliente. Y si lo fuimos nunca pudimos chapotear en el barro.
Por eso ensuciarnos ahora nos duele tanto. (y prometer)

SI ME DICES
Hola me decías cada vez que se hacía tarde y nos quedábamos en silencio.
Hola, sí, ya sé que estás ahí.
No te animás a decirme que te aburrís, te querés ir o que te gustaría más hacer otra cosas quizás más que mirar el mismo techo que yo o simular hacerlo.
O sí. Más que mirarme.
No te animás a mirarte a vos. ¿No te amás?
No, de a-mirarte no te admiraste. Mirate.
Confusión.

agotados ya
De todo este rejunte de mentiras de misterios de sustos acumulados fobias miedos sale casi siempre más hermosura.
Más de que esa que estoy acostumbrada a ver por vivir en la miseria. Miseria. Sí. De la emocional.
De esa que no se supera con movilidad social sino con años y años de descarga angustiosa. Aunque a veces eso hace que la vida se haga dura de llevar, al momento de darse cuenta cuánta. Cuánta miseria. Descarga angustiosa que inevitablemente afecta en los demás.

buen samaritana
Buen algo es relativo es subjetivo es falso
Vos sos una mentira al igual que yo y él si nos consideramos puras extensiones de cabello de muñeca barbie y una gelatina forzada a solidificarse por el frío y la lejanía de sus moléculas.
La quietud.
Qué si siento que todo se queda frío se endurece se aleja y yo ardo. Quemo.
Por algo no se puede estar cerca mío, no mucho tiempo.
Te cocino te quemo te hiervo te derrito vos elegís. Siempre te muevo.
Te doy luz y te hago consciente de tus sombras.
Se te ven las estrías, sonsa.

RES.OLVIDO
Vos y yo no somos lo mismo
Te agrada la gente la soportás te simpatizan.
Para mí si son colores que no combinan pueden directamente desaparecer quedan feos no son elegibles no son necesitados.
Una vez me enseñaron que en la vida la gente también es herramientas.
O escalones.

a ver
Qué importa si tenemos traumas hay que hacer algo después siempre.
Si al final todos tuvieron un tío que le toco las tetas o un padre golpeador o una madre exigente si al final o te trataron mal tus pares o estuviste solo maltratado incompredido o feliz pero siempre insatisfecho
Metas a corto plazo, elecciones aguantarselá
Los demás esperan cosas diferentes que vos, abzurdah
Loca desenfrenada, drogona, amante correspondida, sobrealimentada, mimada y malcriada
De qué te quejás.
Pero sufrida igual.

ate
Una vez que ves un pene erecto el mundo se hace más comprensible.
En mi caso no entendía mucho cómo funcionaba pero ya tenía idea de cómo se veía. Y todavía no podía decir si era hermoso o desagradable necesitaba tocarlo olerlo chuparlo y sentirlo. Como al mundo.

meta.inglish
English, i want to be part of your world; I want to feel loved by you.
Pero nunca entendí por qué el Yo va con Mayúscula.
“Yo” ¿es lo mismo que Ivanna?

sos bajtín
No te angusties si te dicen que tu discurso no es tu discurso y que vos no sos enunciador de tus enunciados. La huella de la existencia sí está y es deíctica. Vos y tus yos y nosotros sobran como prueba. Vos tus afectaciones (defectos) y tus afectos y tus afueras son el todo que debe preocuparte.
Vos y yo existimos gracias a la huella de la existencia. Índices, iconos, símbolos argumentos y la puta que lo parió a Peirce. (El ombligo) Así como el ellos. Me gustó el día que me di cuenta que esto está cerca mío eso cerca tuyo y lejos mío y aquello lejos mío y lejos tu-yo.
Y todo es aquello. Todo es inasible. Todo es in-hacible.
Qué cagada. Me gusta generalizar.

abril
Abril fue gris el año pasado. Pero fue más lúdico. Este año abril fue casi de juguete. Me dormí y me desperté en octubre. No sé qué pasó en el medio. Las novelas me aburrieron, siempre preferí el teatro y la poesía. Lo breve lo estructuradito lo concienzudo.
O sino jugar.

facil para ti
Ya lo hablamos a esto. Me decís. Y me cortás el rollo. Yo sé que amo interrumpir. Y no me molesta que me digas que me gusta interrumpir lo sé me cuesta me cuesta. Mis bocadillos terminan siendo atracones y me voy de tema, me voy. Pero qué mal el ya hablamos de esto. ¿Ya hablamos de esto? ¿Sí? Y a qué conclusión llegamos. No sé eh, no te creo nada.
Sos una desorganizada.

rising dead
Me gustan los poetas que sienten que la vida es muerte y elecciones, y el fondo de una cerveza caliente. Y no saber decir que no a lo que me hace mal, a lo que quiero. El disfrute el goze y el sufrimiento están tan cerca que es terrible, es todo tan terrible.
Pero vale la pena.
Pero siempre termina en pena.

he moves in darkness as it seems to me

Soportar tu sinceridad
-insano-

silencioso el saber
sereno su ojo, su ser
cierto sol en los sentidos

(soy su sierva)
(soy sin sombras, su silueta)

sin sol
sin luz
se acerca

sin soporte
sus sonidos
su semblante

me someten.

te lo dediqué, ahora me lo dedico

altisonante
titático
torpe
tirano

te tiene totalmente
tarada
tirada
tirante

tiritás -tonta-
terreno típico de torres, altezas, esmaltes

retenés
torrenciales
tórridas lluvias

tu torso
descansa
tan tierno
en él.

dejame pensar

pasá al frente y contanos un cuento:

mis cuentos son miles
y uno solo

el miedo al rechazo
y mis caretas

una más

¿es que me siento hombre o no me siento mujer?

tie

entonces a la conclusión a la que quería llegar es

que me dan miedo las personas
sobre todo las de mi mismo sexo
y mi mejor disfraz es esta corbata
no sé qué soy
ni qué tengo para ofrecer


pero
sé lo que espero de vos

y nada de esto me alcanza
él es así

a mí no me sorprende

el problema es que eso a vos eso no te gusta

sincerarme

te juro que puedo vivir de pajas.

sólo dame tiempo a aprender a vivir de pajas.

oreja

y sí, será que ahora me excitan las sutilezas

eso

me quedé re dormida.
los lunes me pasa siempre.


quiero decir
que me alivia

el Siempre, digo

periodismo gráfico

en un espacio de segundos
me voy
me retiro



floto

empiezo yéndome observando algún techo
(los martes que curso en el octavo, sobretodo)
o el sol que da a pleno en alguna pared blanca
me ciego
me encandilo
cierro los ojos y veo la luz
repetida

entonces, fijo la vista en el rodete
de alguna de las chicas

me pregunto

cómo eligieron ese pañuelo
o ese peinado
cómogira
supelolacioenelrodete
sepierdeenespiral

a una la miro mucho:
es fea
tiene voz apagada
pero elije la ropa bien
(usa marrones)
seria,
dijo que algún día quiere ser Corresponsal,
le creo, estudia idiomas

me descubro femenina
envidiosa y cruel

me interrumpen,
me incomodo,

y no,

yo no quiero ser periodista .

manchas

una vuelta tuve un sueño horrible
te lo conté

con gordos
con pliegues
con olor

lo más grotesco que me mostró mi mente


seres
obesos, adultos, sin pelos
manchas en la piel (que parecía un chorizo crudo)

asco
degeneración del asco
ya
grotesco el sueño

me desperté
sobresaltada:

me pedían
Upa.

tu confidente

es que hay algunas cosas que te las puedo contar sólo a vos



como si
yo tuviera cara
de que querer

saber
todas esas cosas

linda

una buena tarde
me animé
y marqué
tu número

te reiste, con nervios
no me esperabas del otro lado
yo no sospeché
que me iba a enamorar así
de tu risa
en ese entonces


me dijiste
que
no

como tantas otras veces



pero no me importó:
yo quería escuchar
tu voz.

llenar

en el fondo de mi casa,
no, en realidad no tenía fondo, era un cuartito
abajo de una escalera
había como una puertecilla con leña.

Yo quería que papá la vaciara de una vez, y allí me creara
una pequeña casita
ahí o en el árbol
en donde yo pudiera tener mi propio universo
mi techito y mis colores.
mis nenucos, mis tizas, jugar a la maestra, que tanto me gustaba.


aunque insistí
nunca hubo casita
ni en el árbol
ni ahí


nunca tuve mi espacio
no, no.

entre los reproches vengativos
que a veces me surgen
le digo
papá, nunca me hiciste la casita,
nunca fuiste a una reunión de padres

nunca me reconociste
ni a mí
ni a mi espacio



y él cree que hizo todo lo demás Bien,
con él, con sus hijas,
que es un Buen Hombre,
que se hizo con la Dignidad del Trabajo duro
del Esfuerzo

(nunca habla de su mujer, detalle)

y que eso
es suficiente.



tuve que llenar
mis espacios
violentamente
mis agujeros

con
pijas
comida
culpa







y me repito

busco hombres
que no me reconocen
a mí
ni a mi espacio

y que me dicen
que
lo demás lo hacen bien

y me disuelvo

des
a
par
e z c o .
Tengo un desorden bastante pintoresco en la cabeza. Me doy cuenta, a veces. Hay colores, formas, palabras, caras. Pero sobre todo hay ojos. Hay muchos ojos. Y tienen muchas pestañas. Están maquillados. Me analizan, me observan, me limitan, me rechazan, me juzgan. Hay cabelleras largas, brillantes, ondulantes. Hay pechos. Hay escotes. Hay uñas largas, hay pianos y banquitos de pianos. Hay vibraciones, hay corcheas, hay redondas. Hay legos. Hay saxos, hay voces aireadas y graves, hay bongoes y trompetas. Hay terciopelo y cítricos. Hay pasto. Hay estornudos y sonrisas. Hay muchas sonrisas. Hay gatos parlantes. Hay cortinas, pajaritos y chicharras. Hay abejas y música de los beatles. Hay verde. Hay miradas de auxilio, hay necesidad de abrazos. Hay escaleras. Hay abuelos. Hay sombras. Hay pinturas en blanco y negro y en fucsia. Hay pupilas dilatadas y almohadones. Hay brazos y hombros fuertes y perfume de varón. Hay manos y pies grandes. Hay arena. Hay miradas cómplices. Hay estrellas. Hay muchas pero muchas estrellas. Y un lago, un reflejo, y un latido.

La espera

Y sin embargo eligió el puente,
corrió a favor de un viento
que le ayudó a (…) perderse
en un laberinto que no conocía”

Instrucciones para John Howell

Juan suspiraba ansioso. Marta le había prometido que vendría por la tarde, sí, por la tarde había dicho. Tarde, o tardecita, ya le daba lo mismo. Naná insistía en tranquilizarlo diciéndole que para algunos la tardecita es después de la merienda, pero a él ya no le importaba. Desde después del mediodía que la estaba esperando.

Naná no consideraba la posibilidad de algún negocio ilícito, confiaba en su ahijado ciegamente. Juan tenía cara de buena gente y eso definitivamente ayudaba a que los negocios salieran bien.

Martita, Martita querida y su bendito mandado. Claro, a Naná él no le podía confesar la causa de su inquietud, ella sospechaba de algún indicio amoroso, que nunca existió más que en sueños remotos. Marta jamás le había parecido físicamente atractiva, presentía que era demasiado inteligente para él en realidad. Sin embargo la esperaba como un novio celoso. Se cuestionaba internamente la causa de su tardanza. Adonde estará, pensaba, con quién. Cuánto más, cuánto tiempo más.

Las dos tardes siguientes se parecieron a la del martes. No es de orgulloso, pero yo no la voy a llamar, le explicaba a Naná, entienda tía, ella dijo que vendría. Internamente se le pudrían las vísceras, sentía culpa por haberla maltratado, por haberle dicho todo lo q le había dicho. A Naná le seguía contando mentiras, o lo que deseaba escuchar. La quiero Naná y no sé cuanto tiempo más pero esto así no puede seguir… ella dijo q vendría por la tardecita, usté sabe, usté me entiende tía. Las horas eran eternas, el silencio no se interrumpía con el final de los mates y la radio ya no era una compañía. Naná no respondía y el hecho de que escuchara tan atentamente ya conformaba otra excusa más para estar de mal humor. Tres tardes sentado contra la ventana. Tres tardes atormentado, divagando.

¿Encontraría la verdad? Tantas veces, esperando, se había sumergido en el pensamiento añorando los tiempos en que tenía teorías, teorías que se cumplían. Ahora el mundo era gris, y a veces verde opaco, Naná convivía con él y Marta que no llegaba, que nunca llegaba.

La incertidumbre lo hacia trizas. Se sentía mal consigo mismo. Marta no era un fastidio, al contrario, la esperaba siempre. Y cada vez que se encontraban discutían. Nunca logró entender que lo llevó a hacer negocios con ella para eventualmente convertirse en socios, quizá el tiempo o la costumbre. Ciertamente no había sido la simpatía del uno hacia el otro. Su relación se basaba en la confianza, su oficio, el de ambos, era la simple diligencia. En esta diligencia se producía el encuentro. La frecuencia variaba y eso era exactamente lo que lo tenía así, tan ansioso. No era el lucro, era la ansiedad por verla, una vez más en su traje gris y a veces verde opaco. Pero basta, porque estoy pensando demasiado en esta mujer, Naná páseme otro, pero que sea amargo esta vez.

Sospechaba, sinceramente sospechaba, que esta tarde no la vería venir. Tanta espera, ahí, junto a la fría ventana lo iba a hacer sufrir más, él lo sabía. Estaba convencidísimo de que ella llegaría en un momento de descuido, cuando él no estuviera allí esperándola, y ese era su más grande temor. A veces, cuando sentía que ella no iba a llegar, cuando comenzaba a perder las esperanzas era justo cuando ella llegaba. Regresaba de una caminata y allí, justamente allí estaba la cajita amarilla. Martita estuvo acá, diría Naná y él se arrepentiría, se lamentaría por haberse ido tan plácida y despreocupadamente.

Pensaba seguido en Marta, demasiado seguido para su gusto, se sentía mal por el mundo que cada día se ponía más y más desabrido, y por sus actitudes y pensamientos que se tornaban cada vez más y más inútiles, giraban en una espiral gris y espesa cada vez más espesa y más oscura. Cuando no te veo te extraño Marta, a pesar de que nunca toqué tu piel, extraño el toque de tu mirada, de tus ojos rabiosos, ofendidos, enojados porque no tengo el dinero o porque no fui puntual. Perdón Marta. Perdón.

Al tercer día el peso de la culpa fue más fuerte que el. Naná gritaba adónde vas Juan, pero él no reaccionó. Desaforadamente caminó por todas las calles de Buenos Aires, convencido de que la encontraría.
Esos días, esas tardes le habían bastado para darse cuenta, tendría que hacer algo. Matarla, casarse con ella... pero no podía continuar con tanta incertidumbre.

Dudaba. La amaba, a veces la odiaba, sentía admiración. Su porte, su actitud lo atraían, lo seducían, lo fascinaban. Sentía impotencia cada vez que ella planteaba una situación, intolerante hacia él, sentía impotencia porque sentía que ella tenía razón todas y cada una de las veces. Mientras continuaba dilucidando las cuestiones caminaba hacia el puerto sin fijarse en el camino, en piloto automático.

Naná había quedado sola en casa. Pobrecita, pobre vieja, tan buena la vieja, tan sola pobrecita. Confiaba tanto en él. Cuántas veces la había decepcionado y ella había preferido no enterarse, la quería a la vieja a pesar de que se aprovechaba de su buena voluntad, eso estaba claro. Bueno, sé que me la voy a encontrar acá, Marta tiene que pasar por acá. Qué pocos autos hay, poca cantidad. Se está por largar a llover, encima yo que no traje el reloj y hoy y ayer y el martes me parecen el mismo día. Tres días sin Martita, sin su traje, sin su mirada distante y fría, sin ella y sin las cajitas amarillas.

Está oscureciendo y yo te sigo esperando en el puente. Sé que vas a pasar. Veo tu sombra entre la niebla. Te siento. ¿Adónde estás? Las gotas comienzan a caer finitas, agradables como tus gestos. Siempre delicadas, impredecibles. Me encanta verlas caer tan plácidas, cómodas, sonrientes. ¿Y a vos Marta? ¿Te gustan? Ahora que lo pienso nuevamente me doy cuenta. En realidad pasé más tiempo con vos durante estos tres días que durante el resto de mi vida.

Marta, Martita, estás dentro de mí y siento que te lo tengo que decir, Marta. Marta te encontré, finalmente te encontré. Tengo tantas cosas para decirte Marta, sí, con todo el respeto del mundo pero te las tengo que decir. Marta no sabés como son los días en los que no llegás. No sabés como me pongo, el tiempo, el tiempo es una tortura y no una tortura agradable. Me quedo sordo, sordo a todo lo que me rodea, y pienso y pienso y es pensar lo que me pone cada vez más triste y más frío, me siento solo Marta. Vos no lo sabés Marta, pero yo tenía planes, planes, para vos y para mí, para los dos. Y si te miro y te miro es porque no lo puedo evitar, vos te conocés Marta, te conocés y me conocés. Marta ¿vos nunca sentiste que me necesitabas a mi? Porque a mi me pasa seguido, ¿sabés? cada vez que pasa mucho tiempo sin vernos y me pongo así, tan gris, tan malhumorado. Me asusto Marta porque siento que no te voy a ver más. Marta, no, no me digas que estoy loco ni que soy disparatado. Te prometo que no te voy a lastimar.

Marta, ¿me ves? Yo te veo ahí, en el reflejo, en el agua, te veo inmutable, tranquila, sombría. Marta, ahí está tu sombra Marta, tu imagen que se me acerca en cuanto me aproximo al agua. Tu pelo, tu largo pelo lacio que nunca toqué, ahí lo veo, ahí está. Por primera vez lo estoy tocando, ahí, acá lo encontré. Todo para mí, ya lo tengo entre mis dedos. ¿Tus dedos? Ya lo tengo, pero al igual que vos, se me escapa.


(ganador de 1º mención en concurso Julio Cortázar-Municipalidad de Hurlingham - 2004)