yaguareté


tengo una duda,

la veo a diario en el espejo


no sé

si tengo derecho

ya

a tantas preguntas


me miento diciendo que

eso fue

t u v i d a

y lo es


tuvieron que a b r i r t e

para que yo saliera


no me pudiste parir.


era -acaso- tu secreto

algo tan solamente tuyo

que casi no existía,


necesitarías esa marca,

esa cicatriz.





llegamos de madrugada

a la mesopotamia.


invierno.


un pueblo de carnaval.


en ese frío ritmo latente

bailaban

grises verdes opacos

en el aire

d e n s o,

húmedo viciado


un pueblo

cuatro calles

casitas bajas

tu apellido en todos lados


almacenes

puertas

carteles


no podía siquiera

pronunciar tu nombre


t o d o s sabían quién eras


desesperé


acaso era yo la única.



las sábanas tenían

colores fuertes

flores y tucanes

y a g u a r e t é s

los canales

eran

la mitad en portugués

estaba nublado


en la siesta


t o d o s e d e t u v o.




a las siete de la tarde

en La Cruz

la gente sale a la vereda


se notaba que éramos jóvenes y porteños

nos miraban



yo

miraba mujeres

de mi edad

y tenían hijos

a

u p a

y

colgados

de

las

piernas


-si sonreían no me acuerdo-

caminaban,

iban juntas

hacia alguna parte







La Cruz,

es un pueblo rural,

y yo me crié en la urbe,


tuve mamá

tuve papá

tuve hermana

tuve abuelos,

tuve juguetes

tuve libros

tuve amigos

tuve amor


pero nunca entendí

por qué

tenía ombligo,


a vos te debe pasar

algo parecido

con la cicatriz.

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